
54
número 246 de 1979, se dictó el Reglamento de la Ley de
Reforma Agraria sobre la Regularización de la Tenencia
de la Tierra para tratar de solventar la inseguridad
jurídica de los productores en terrenos baldíos (Duque,
2009); el incremento de los ingresos petroleros
conjuntamente con la sobrevaluación de la moneda
incentivó la inclinación a la importación de alimentos.
En este periodo los cambios en la tenencia de la tierra
fueron en el mismo sentido que en el período anterior,
disminuyeron las grandes y las pequeñas explotaciones, de
igual manera las medianas continuaron en aumento. Como
indica Delahaye (2001), a los productores se les privó del
título de propiedad y se permitió la comercialización
solamente por las bienhechurías. BulmerThomas (2017)
menciona que, sobre América Latina (y Venezuela no
escapó a esto), el modelo de crecimiento que apareció en
esa época influyó en todas las políticas económicas de la
región. Se liberalizó el comercio, se desregularon los
mercados financieros y empezaron a venderse empresas
públicas al sector privado.
• “El fin de la década de 1980 marca un punto de
inflexión en la historia de Venezuela, con la crisis de la
deuda externa y la adopción del programa de ajustes
llamado “el gran viraje”” (Richer, 2005:54). El sector
agrícola se vio afectado por los ajustes económicos:
Devaluación de la moneda nacional, disminución del
gasto público que recortaron progresivamente los
subsidios al sector y promovieron la liberalización del
comercio. La crisis de la deuda es un evento que
impactó a todos los países de América Latina (Bértola y
Ocampo, 2010), lo cual es validado por varios autores
quienes apoyan esta afirmación como Delahaye (2001),
González (2016), Molina (1999) y Richer (2005).
• La última década estuvo señalada por la
globalización, las políticas de tierras se encuentraron
muy delimitadas por organismos multilaterales. Las
importaciones continuaron creciendo, no así la
producción nacional, debido a la carencia de mercado.
Para mediados de la década de los 90 ya el consumo de
alimentos importados era mayor al 65 %, en su
mayoría provenientes de Estados Unidos donde
presentaban amplios subsidios para proteger la
producción agroalimentaria (Sosa, 2018).
• En cuanto al resultado de las políticas, menciona
Tulet (1999:20) que parece haber logros en la guerra
contra el latifundio, ya que se multiplicaron las
explotaciones agrícolas pequeñas y medianas y colocó
un ejemplo con los Andes venezolanos, dónde en 1971
las propiedades de menos de 20 hectáreas (has) cubrían
92.087 has, mientras que para 1998 cubrían 130.106 has.
Formas de producción agraria en Venezuela y su evolución
Antes de entrar en la producción agropecuaria en
Venezuela, es necesario hacer una acotación.
Venezuela es un país que por su diversidad es
considerado uno de los 17 países megadiversos del
mundo, vale decir que forma parte del 10 % de la
superficie terrestre que alberga el 70 % de la diversidad
de especies del planeta (CNN, 2024: MPP Gobierno
Bolivariano de Venezuela, 2023). Esta particularidad
hace que haya regiones muy disímiles en el país con
características geográficas, capacidades de producción
y necesidades muy diversas que, por ende, deben ser
tratadas de manera sectorial, ya que tomar decisiones
generales sobre ella podría resultar en efectos
negativos. En este sentido, se reconocen comúnmente
cinco grandes regiones naturales: la región de los
Andes, la región del Caribe, la región de los Llanos, la
región Insular y la región de la selva amazónica; estas
cinco regiones han sido a su vez subdivididas,
alcanzando nueve subregiones (Rothschuh, 2024).
En cuanto a la evolución, de las distintas organizaciones de
producción en Venezuela, siguiendo a Ríos y Carvallo (1990)
los autores los denominan “patrones históricos de ocupación
del espacio (urbano concentrado, urbano disperso y rural
disperso” (p.38). Explica Delahaye (2001) que el patrón
urbano concentrado se constituye a partir del desarrollo de la
hacienda agroexportadora; el patrón urbano disperso
corresponde a la producción familiar mercantil, y el patrón
rural disperso se configura alrededor del hato llanero.
Durante el primer tercio del siglo, estos tres patrones
históricos de ocupación del espacio se mantuvieron
vigentes; no obstante, a principios de los años treinta, la
Gran Depresión afectó gravemente la economía mundial, y
Venezuela no fue la excepción. Los precios de los productos
clave de exportación como el café y el cacao cayeron
drásticamente, lo que perjudicó a los agricultores y
productores del país. En 1936, el gobierno de Eleazar López
Contreras promulgó la Ley del Trabajo, que reglamentaba,
entre otras cosas, el pago de salarios a los trabajadores, un
avance importante para mejorar las condiciones del
trabajador y un mayor costo para el empresario.
La caída de los precios internacionales afectó tanto
a los grandes productores como a los pequeños. Las
grandes haciendas agroexportadoras comenzaron a
perder rentabilidad, lo que llevó a muchos a
replantearse sus modelos de producción. La Ley del
Trabajo, si bien fue un avance en derechos laborales,
también aumentó los costos para los dueños de tierras,
lo que hizo aún más difícil sostener las viejas
estructuras de producción. Esto impulsó la necesidad
de encontrar nuevas formas de organización agrícola.
CaraballoTrujillo y DíazBarrios
ISSNL 10221301. Archivos Latinoamericanos de Producción Animal. 2025. 33 (2): 47 61