Archivos Latinoamericanos de Producción Animal. 2021. 29 (3-4)
Dinámica anu al de peso y condic ión corporal en vacas de raza Criollo Argentino
Recibido: 2020-06-10. Aceptado: 2021-03-20
1
Autor para la correspondencia: fernandodholgado@gmail.com
2
Instituto de Investigación Animal del Chaco Semiárido, CIAP, INTA Leales, Tucumán, Argentina.
119
María F. Ortega Masagué
2
Fernando D. Holgado
1*
Jorge Luis Fernández
2
Annual dynamics of weight and body condition in Argentine Creole breed cows
Abstract. Bovine breeding in the Argentine semi-arid Chaco is extensive pastoral and has no or lo w amount of
forage reserves. During the year, the main food is constituted by megathermal pastures characterized by presenting
a period of rest and another of active growth in which all the forage is produced. This diet, which varies over time,
affects daily weight gains and the body condition of the cows . The objective of this work was to an alyze the annual
dynamics of weight and body condition of Argentine Creole cows wit h an exclusively pastoral d iet. The information
was obtained in the stages of beginning and end of the service, weaning and beginning of the next servic e in females
from 5 to 16 years of age. The statistical model included cow age and year as fixed effects. For the comparison of
means, the Tukey-Kramer test was us ed . Both weight and body condition was affected by age and year. On average,
the body condition at the beginning of service was 2.77 ± 0.38 points (scale 1 to 5) and the weight was 406.8 ± 25.0
kg. During the service the weight gain allows to accumulate bod y reserves in the co w s and to reach the weaning
stage with a body condition of 3.51 points. From there and until the start of the next service, the cows suffer a loss of
body condition in relation to the quality of the forage. In this annual dynamic, females compensate for their weight
and can maintain a body condition within the target score (3± 0.5) without compromising the o c c urrenc e of fertile
heat and achieving high pregnancy rates. However, the mobilization of body res erv es has a limit and forage
reserves should be available to face very d iffic ult years.
Key words: Genetic resources, Cattle breeding, mega thermal pastures, feeding.
Resumen. La cría bovina en el Chaco semiárido argentino es extensiva pastoril y disp one de nula o baja cantidad de
reservas forrajeras. Durante el año, el alimento principal está constituido por pasturas megas térmicas
caracterizadas por presentar un período de reposo y otro de activo crecim iento en el que se produce la totalidad del
forraje. Esta alimentación, variable en el tiempo, afecta las ganancias diarias de pes o y la condición corporal de los
vientres. El objetivo de este trabajo fue analizar la d inámi ca anual de peso y condic ió n corporal de vacas Criollo
Argentino c o n una alimentación exclusivamente pastoril. La información fue obtenida en las etapas de inicio y final
del servicio, destete e inicio del siguiente servicio en hembras de 5 a 16 años de edad. El modelo estadístico incluyó
como efectos fijos la edad de vaca y el año. Para la com parac ió n de medias se empleó el test de Tukey-Kramer.
Tanto el peso como la condición corporal fueron afectad o s por la edad y añ o. En promedio, la condición corporal al
inicio de servicio fue 2.77±0.38 puntos (escala 1 a 5) y el peso 406.8 ± 25.0 kg. Durante el servicio la ganancia de peso
permite acumular reservas corporales en los vientres y llegar a la etapa de destete con una cond ic ió n corporal de
3.51 puntos. A partir de allí y hasta el inicio del siguiente servicio las vacas sufren pérdida de condición corporal en
relación a la calidad del forraje. En esta dinámica anual, las hembras compensan su peso y pueden mantener una
condición co rpo ral dentro del puntaje objetivo (3 ± 0.5) sin comprometer la ocurrencia de celos fértiles y lograr altas
tasas de preñez. Sin embargo, la movilización de reservas corporales tiene un límite y se debería contar con reservas
forrajeras para hacer frente a años muy difíciles.
Palabras claves: Recursos genéticos, cría bov ina, pasturas megas térmicas, alimentación.
Facultad de Agronomía y Zootecnia. Universidad Nacional de Tucumán, Argentina.
120
Holgado et al.
Introducción
El Instituto de Investigación Animal del Chaco
Semiárido (IIACS) trabaja en la conservación y
caracterización del ganado bovino Criollo Argentino
desde el año 1959. A lo largo de estos años la raza ha
demostrado un gran desempeño reproductivo,
habiendo alcanzado un porcentaje promedio de
preñez de 94.5 % en el perío d o 2011 a 2016 (Holgado y
Ortega, 2019). Con un intervalo entre partos medio de
370.13 ± 23.45 d ías (Holgado et al., 2019). Para lograr
adecuados niveles de eficiencia reproductiva en
rodeos de cría, la alimentación del vientre guarda
mucha relevancia. No existe un conjunto rígido de
reglas y decisiones que puedan ser propuestas para el
manejo adecuado de los agro ec o s ist emas , sin embargo,
algunos aspectos claves deben ser tenidos en cuenta
(Romera et al., 2004). La condición corporal ha sido
propuesta c o mo un indicador del estado nutricional y
como una herramienta para pronosticar el resultado
reproductivo (Correa-Orozco y Uribe-Velásquez,
2010). Su variación durante el ciclo anual, está
asociada a la disponibilidad y calidad de los recursos
forrajeros y su conoc im iento resulta de utilidad para
establecer puntos críticos en el manejo del rodeo
(Stahringer, 2003). En la región del Chaco Semiárido
los sistemas de cría bov ina son, en su mayoría,
pastoriles y extensivos, con baja o nula disponibilidad
de reservas forrajeras y p oc a utilización de
suplementos nutricionales. Los recursos forrajeros
predominantes son gramíneas megatérmicas,
perennes, naturales y/o introducidas, de crecimiento
estival (Ávila et al., 2014). Estas pasturas poseen una
etapa de activo crecimiento (seis meses), ligado al
periodo de lluvias y altas temperaturas. En el periodo
frío y seco el crecimiento se detiene, por lo tanto la
disponibilidad de alimento del invierno depende del
forraje reservado en pie (diferido) durante la etapa d e
crecimiento de las pasturas. Además, teniendo en
cuenta la variabilidad de las lluvias, mes a mes y año a
año, la disponibilidad de materia s ec a acumulada
anualmente resulta muy variable. Cuando el
rendimiento anual de pasto resulta inferior al
esperado para una carga animal determinada, el
impacto nutricional en los vientres no se manifestará
durante el periodo de crecimiento de la pastura; sino
que se traducirá en un volumen menor de reservas en
pie para el invierno, generando un déficit cuantitativo
que si no es corregido podría afectar la condición
corporal del vientre y fertilidad en el próximo servicio .
En la bibliografía, numerosos autores han destacado la
importancia de que los v ientres alcancen, al parto o
inicio del servicio, una condición corporal (CC)
objetivo para no afectar la fertilidad del rodeo (Correa-
Orozco y Uribe-Velásquez, 2010). La oferta de forraje y
su calidad c o nd icio nan la ganancia de peso, y el peso y
condición corporal de los vientres en diferentes
momentos del año. Conocer su dinámica resulta
fundamental para determinar e st rategias nutricionales
y mom ento s críticos. El objetivo del presente trabajo
fue analizar la variación del peso y condición corpo ral
de vientres Criollos a través del ciclo anual, tratar de
asociarla co n la disponibilidad y calidad de forraje en
cada periodo y de generar pautas para mejorar el
manejo nutricional de los rodeos y su eficiencia
reproductiva. En este trabajo, no se empleó
alimentación suplementaria de ningún tipo , con la
finalidad de conocer el aporte d e las pasturas como
único alimento.
La informacn utilizada en este trabajo corresponde
al rodeo de ganado bovino Criollo Argentino existente
en el Instituto de Investigación Animal del Chaco
Semiárido (IIACS), ubicado en la prov inc ia de
Tucumán, Argentina (27°11'S, 65°14'W, 335 msnm). El
clima es subtropical subhúmedo con estación seca,
siendo el promedio anual de precipitaciones de 973.3 ±
263.4 m m . El 88.2 % del total de lluvias se concentra en
los meses de noviembre a abril. La temperatura media
del mes más cálido (enero) es de 25.8 °C, con una
máxima media de 32.4 y una mínima media de 19.4
°C. La temperatura media más baja corresponde al
mes de julio, con un valor de 12.4 °C y máxima y
mínima medias de 20.4 y 4.5 ºC respectivamente. En tre
los meses de mayo y septiembre se registran heladas,
con un promed io de 16 al año (Holgado y Ortega,
2019). Estas condiciones climáticas permiten que las
pasturas megatérmicas tengan un ciclo de c rec im iento
de aproximadamente seis meses y un periodo d e
reposo el resto del año. Por lo tanto, la alimentación
durante la etapa de reposo se basa en el
aprovechamiento de los excedentes de la etapa de
crecimiento, reservados en pie (diferidos). La
alimentación de los rodeos de cría se basa
exclusivamente en el aprovechamiento de las pasturas
por pastoreo directo, en verde y diferido, no
realizando ningún tipo de suplementación. Las
especies forrajeras utilizadas fueron Chlo ri s gayana,
Megathyrsus maximus, Brachiaria brizantha y Cynodon
dactilon con un rango promedio de produccio nes
acumuladas entre 6 000 y 9 000 kg MS/ha (Holgado y
Ortega, 2019).
El módulo de vacas de cría comprende todos los
vientres desde s egund o servicio en adelante y ocupa
un total de 97 ha en las que se manejan 97 vacas por
Materiales y Métod os
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Dinámica anual de peso y condición corpo ral en vacas Criollo Argentino
año aproximadamente (carga promedio=1 cabeza/ha).
La categoría de vaquillonas de primer servicio es
manejada en forma separada (carga=1.8 cabezas/ha).
El serv ic io de las hembras, natural a campo, se
estaciona en los meses de diciembre, enero y febrero
(90 d ías ); asignándo se un toro cada 25-35 vacas. El
criterio de elección del toro para cada lote está basado
en el mínimo parentesco entre reproductores con la
finalidad de controlar niveles de consanguinidad en la
descendencia. Durante el servicio las vacas son
asignadas a los potreros con alta disponibilidad y
pastoreos no intensos para brindar la mejor calidad
forrajera posible. Finalizado el mismo y hasta el
destete, el manejo del sistema prioriza al recurso
forrajero, aumentando la carga animal y dando m eno r
posibilidad de selección al animal. La palpación rectal
para verificar preñez se realiza a los dos meses de
retirados lo s toros de servicio y se elimina toda vaca
que resulte vacía. Al ingreso y salida de servicio y al
destete se registra peso y condic ió n corporal (escala de
5 puntos) de los vientres. Los nacimientos o curren
entre el 15/9 y 15/12 de cada año, c o n una
concentración del 60 % en el primer mes. Todas las
vacas preñadas se manej an en fo rm a conjunta pero, a
medida que van pariendo se separar de las preñadas y
son asignadas al mejor potrero disponible, buscando
mejorar su alimentación. Al nacimiento, los terneros
son identificados y pesados. El destete se realiza hacia
fines de abril, con una edad aproximada de 205 días.
Las prácticas sanitarias en los animales comprenden
vacunaciones obligatorias y desparasitaciones de
acuerdo a necesidad, siendo los lo tes recorridos
diariamente por personal capacitado. Los cuidados de
los mismos responden a las recomendaciones
establecidas en las guías para el cuidado y uso de
animales para investigación.
Para este trabajo se empleó informació n
correspondiente a 298 hembras, que ingresaron a
servicio entre los años 2011 a 2015. Las categorías
consideradas, de acuerdo a la edad de las vacas,
fueron: 5, 6, 7-10, 11-12, 13-14 y 15-16 años. No fueron
consideradas las categorías vaquillonas y vacas de
segundo servicio por ser variables las edades al primer
servicio. Se tomaron registros individuales de peso y
condición corporal (escala 1 a 5) al inicio y final del
servicio, al destete de las crías y al inicio del servicio
siguiente. Se empleó un protocolo de trabajo estándar.
La co ndic ió n corporal fue evaluada por dos
observadores, previamente capacitados, que realizan
esta tarea desde hace 15 años. Además, se evaluó la
ganancia d iaria de peso como (peso inicial peso final
/ duración período), en tres periodos: durante el
servicio (90 días), d esd e la salida de servicio hasta el
destete (75 días) y desde destete hasta el servicio
siguiente (200 días). Y la ganancia de pes o anual (365)
desde ingreso a dos servicios consecutivos. Para el
análisis de los datos obtenidos se utilizó proc GLM d el
paquete estadístico SAS. El modelo incluyó como
efectos fijos la edad de la vaca y el año de serv ic io .
También se consideró y evaluó el efec to del mo ment o
temporal (inicio y fin de servicio, destete y al momento
de inicio del siguiente servicio). Para este últim o
momento de colecta de datos se consideraron los
mismos vientres que iniciaron el ciclo anual. Aunque
para el inicio del servicio del año siguiente se produce
un recambio de animales. Por eso, por ejemplo, la CC4
del año 2013 no coincide exactamente co n la CC1 del
2014. Para la comparación de m ed ias se empleó el test
de Tukey-Kramer, y un nivel de P menor 5 %.
En el cuadro 1 se presenta la influencia de la edad
de madre en los pesos y ganancias diarias de peso de
vacas de la raza C rio llo Argentino, para los dis tinto s
momentos d e evaluación. En cuanto a los pesos, se
observan diferencias significativas en función de la
edad de la hembra. En cuanto al peso al inicio del
servicio o entore (P1), se observa que los vientres más
jóvenes (5-6 años) resultaron más livianas que las de
mayor edad. Las de 7-10 años, presentaro n un peso
intermedio y las vacas de 11 a 16 años los pes o s más
altos (P < 0.05). Estas diferencias tienden a mantenerse
para pesos posteriores (P2, P3 y P4). El peso de los
vientres no resulta el mejor indicador del estado
corporal del animal. Es conoc ido que el pes o corporal
del anim al está sujeto a variación en función del
tamaño y que nivel de reservas. L a condición corporal
(CC) resulta un mej o r predictor del estad o nutricional
de los mismos, proporcionando un buen índice de
grasa subcutánea como fuente de energía disponible
(Ayres et al., 2009, Correa-Orozco y Uribe-Velásquez,
2010). Los pesos resultan importantes para conocer la
evolución de los mismos a través del tiempo. Es decir,
conocer las ganancias de peso de los vientres en
diferentes momentos . Las gananc ias de peso en
diferentes periodos son un reflejo de la alimentación
recibida. Cuando las condiciones son favorables, alta
disponibilidad y buena calidad, las hembras ganarán
peso. Cuando disponibilidad y/o calidad son
limitantes los vient res movilizarán reservas y acusarán
pérdidas de peso. Conocer la dinámica temporal de
pesos, gananc ias de peso y condición corporal, son
fundamentales para inferir como fue la alimentación
de los vientres en un determinado lapso de tiempo y
establecer pautas para ajustarla en función de
objetivos productivos. Coincid entem ente con lo
mostrado en el cuadro 1, en relación al peso corporal,
Arias et al., (1986) señalan que las hembras
presentaron un mayor peso en el mes de mayo, antes
de entrar al invierno y los menores pesos fueron
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Cuadro 1. Peso corporal (kg) de vacas Criollas de diferentes edades al ingreso (P1) y salida (P2) de servicio, al destete de las c rías
(P3) y al ingreso a un servicio sucesivo (P4); y aumentos medios diarios (g/d) durante el s erv ic io (GMP1), desde la salida de
servicio hasta el destete (GMP2), desde allí hasta el servicio siguiente (GMP3) e interanual (GMP4).
La mayor ganancia de peso durante el servicio
(GMP1), correspondió al año 2013 co n 0.710 kg/d; y la
menor ganancia al año 2015 con 0.201 kg/d,
mostrando la magnitud que puede alcanzar el efecto
año. Además, se observa que a la mayor ganancia de
peso le corresponde un bajo P1 (381 kg) y a la menor
ganancia un peso un P1 de 427 kg. Esto es taría
indicando que el estado nutricional previo afecta la
ganancia de peso de los vientres, como lo expresa
Holgado (2002), quien señala que peso o la CC previa
de los vientres afecta la ganancia de peso, concluyend o
que a mejores estados corporales menores serán las
ganancias. Esta tendencia a compensar, también fue
observada por Graham, 1982; Ayres et al., 2014)
quienes señalan que las v acas con pobre condición
corporal al parto pierden menos reserv as corporales
que se encuentran en mejor estado, pero aun así
muestran menor fertilidad (Graham, 1982; Ayres et al.,
2014). Holgado et al., (2020b) encuentran una
correlación de -0.59 entre la CC1 y la GMP1, siendo la
función lineal resultante GMP1 = 1 291 g/d 315 CC1.
Es decir que los vientres que ingresan c o n menor CC al
servicio realizan las mayores ganancias de peso,
tendiendo así a compensar y achicar las diferencias
iniciales. Al analizar y comparar las ganancias de pes o
del rodeo en su conjunto, en los d iferentes momentos
evaluados (GMP1, GMP2, GMP3 y GMP4), se observa
que las ganancias entre periodos difirieron en forma
significativa (P < 0.05), resultando GMP1 (0.404 ± 0.231
kg/d)) mayor que GMP2 (0.078 ± 0.112 kg/d) y estas
Holgado et al.
a, b, c
Diferentes letras en las columnas indican diferencia estadística (P < 0.05)
Cuadro 2. Pes o corporal (kg) de vacas Criollas al ingreso (P1) y salida (P2) de s erv ic io, al destete de las crías (P3) y al ingreso a un
servicio suces iv o (P4); y aumentos medios diarios (g/d) durante el servicio (GMP1), desde la salida de servicio hasta el destete
(GMP2), desd e allí hasta el servic io siguiente (GMP3) e interanual (GMP4) en los años 2011 a 2015.
registrados en septiembre al ingresar a servicio. Y que
las mayores pérdidas de peso, en vientres de razas
Brahman, Hereford y cruzas Brahman-Hereford co n
servicio d e primavera, de registran durante los
primeros estadios de lactación (Arias et a l., 1986).
Edad Número P1 GMP1 P2 GMP2 P3 GMP3 P4 GMP4
(años) de vacas (kg) (kg/d) (kg) (kg/d) (kg) (kg/d) (kg) (kg/d)
5 75 368
a
0.403
a
404
c
0.124
a
411
c
- 0.144
a
380
d
0.035
a
6 49 380
a
0.433
a
419
c
0.056
a
423
c
- 0.144
a
392
d
0.031
a
7-10 114 414
b
0.422
a
452
ab
0.068
a
456
ab
- 0.175
a
419
bc
0.012
a
11-12 34 438
c
0.388
a
473
a
0.065
a
477
a
- 0.169
a
441
a
0.0
06
a
13-14 19 423
cb
0.398
a
459
ab
0.1
48
a
468
a
- 0.165
a
433
ab
0.025
a
15-16 7 416
cb
0.381
a
450
b
0.004
a
451
b
- 0.181
a
412
c
-0.012
a
En cuanto a las ganancias de peso (cuadro 1), al
comparar las diferentes edades de vientres, en
diferentes momentos, no se observan diferencias
significativas debidas a la edad. Es decir que las
ganancias de peso de vientres de diferentes edades
fueron similares en todos los períodos evaluados. Esto
indica que todas las edades recibieron igual
alimentación y respondieron de manera similar.
En
el cuadro 2 se presentan las variaciones de pesos y
ganancias medias diarias en función de los años
evaluados. El efecto año fue significativo en ambas
variables, reflejando variaciones en el crecimiento
debidas a variaciones anuales de las condiciones
ambientales, especialmente lluv ias , y su influencia en
la disponibilidad de forraje.
Edad Número P1 GMP1 P2 GMP2 P3 GMP3 P4 GMP4
(años) de vacas (kg) (kg/d) (kg) (kg/d) (kg) (kg/d) (kg) (kg/d)
2011 57 423
a
0.320
c
452
a
0.158
a
461ª - 0.138
c
431
a
0.023
b
2012 50 425
a
0.206
d
444
ab
0.206
a
456ª - 0.292
d
393
c
- 0.087
d
2013 55 381
b
0.710
a
445
ab
0.050
b
448
b
- 0.271
d
389
c
0.023
b
2014 60 378
b
0.583
b
430
b
0.058
b
433
c
- 0.010
a
431
a
0.147
a
2015 76 427
a
0.201
d
446
a
- 0.084
c
441
bc
- 0.104
b
418
b
- 0.025
c
Media 406.8 0.404 443.4 0.078 447.8 - 0.163 412.4 0.016
DE 25.0 0.231 8.1
0.112
11.3 0.118 20.3 0.086
a, b, c
Diferentes letras en las columnas indican diferencia estadística (P < 0.05)
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dos mayores que GMP3 (-0.163 ± 0.118 kg/d). GMP4
(0.016 ± 0.086 kg/d) representa lo ocurrido en el año y
difirió de todas las anteriores.
La gananc ia de peso GMP1 (0.404 ± 0.231 kg/d) es
importante porque en ese momento se está definiendo
el resultado reproductivo y productivo del año. La CC
al inicio y la ganancia de peso durante el servicio
aportan información al sistema endócrino sobre el
estado nutricional del vientre (Correa-Orozco y Uribe-
Velásquez, 2010). Pérez-Clariget, Carriquiry y Soca,
2007, analizan estrategias nutricio nales para mejorar la
reproducción del ganado bovino y señalan que el
flushing, durante los primeros días del servicio, puede
resultar favorable para mejorar los índices de procreo.
Las GMP1 y GMP2 (0.078 ± 0.112 kg/d), indican que
en estos periodos (165 días) los vientres ganan pes o y,
por lo tanto, mejoran su condición corporal. Durante el
período invernal (GMP3) de 200 días de duración, lo s
vientres perdieron peso en todos los años evaluados,
con un mínimo de -10 g/d en el año 2014 y un máximo
de -0.292 kg/d en el año 2012. En general, las pérd id as
de peso en invierno se deben tratar de minimizar, para
llegar al próximo servicio con una CC objetivo de 3 ±
0.5 puntos. Teniendo en cuenta que durante el
invierno el vientre pierd e peso y CC, la clave en los
planteos de cría de nuestra región sería la de entrar al
invierno con una condición corporal de 3.5 puntos,
para contar con suficientes reservas corporales para
hacer frente a las exigencias energéticas de final de
gestación, parto, lactancia y llegar al servicio con
condición corporal objetivo 3 ± 0.5.
La ganancia de peso a la vuelta d el año (GMP4)
también fue afectada por el año, mostrando que
existen años donde el vientre tiene ganancias
negativas (-0.087 kg/d) y pierden peso (-32 kg), como
en 2012. Y años donde tiene ganancias positivas (0.147
kg/d) y gana peso (+54 kg en 2014), recomponiendo
sus reservas corporales. Sin em b argo , para compensar
años extremos o rachas desfavorables es aco ns ej able
que los sistemas ganad eros de cría cuenten con
reservas forrajeras para apuntalar la alimentación de
los vientres en estas situaciones.
Es importante relacionar las ganancias de peso , de
los diferentes perio d os con la situación de los recursos
forrajeros. En este sentido, la magnitud de GMP1
responde muy bien a la situación normal de los meses
de Diciembre a Febrero, donde las gramíneas
megatérmicas se encuentran en una etapa de activo
crecimiento. Esto genera un periodo de alta
disponibilidad forrajera y de buena calidad. L a calidad
del forraje disponible varía en función del estado
fenológico de las pasturas y de la intensidad del
pastoreo. En el periodo siguiente (GMP2), de 75 días,
que va desde fines del servicio (fin de Febrero) al
destete (mediados de mayo), los vientres ganan peso
(0.078 kg/d) en una menor magnitud respecto al
periodo anterior. En este perio d o la disponibilid ad de
forraje también es alta, pero los pastoreos empleando
cargas más altas y pastoreos más intensos, res tring en
en cierta medida el nivel de consumo y la calidad de la
dieta. Además, es importante tener pres ente que los
vientres han mejorado su estado corporal y que, como
lo señala Holgado (2002); la condición c o rpo ral inicial
presenta una correlación negativa con la ganancia de
peso del periodo siguiente. Las GPM1 y GPM2, ambas
positivas, indican que estos periodos son favorables
para que las hembras de cría incrementen el nivel de
reservas corporales.
La pérdida de peso (-163.0) que ocurre durante los
200 días que van desde destete (mediados de mayo)
hasta inicio del próximo servicio (comienzo de
diciembre), representa un escenario nutricional muy
diferente a los anteriores y bastante estable año tras
año. Ahora, el crecimiento del pasto ha cesado y la
disponibilidad de forraje depende de lo reservado
durante los 6 meses de crecimiento de la pastura. Este
forraje diferido tiene altos niveles de FDN y presenta
niveles de 4-5 % PB y 40-50 % digestibilidad (Holgado
y Ortega, 2019). Este periodo comprende el último
tercio de la gestación, parto e inicio de la lactancia,
momento de marcado aumento de los requerimientos
de los vientres. En los años donde la cantidad del
forraje diferido, acumulado del verano, resulta menor
a lo requerido los vientres podrían perder peso más
intensamente debido a problemas de disponibilidad,
pudiendo alargar el anestro postparto, afectar la
aparición de celos fértiles y consecuente tasa de preñez
y/o intervalo entre parto (Arana y Velásquez, 2012).
En el cuadro 3 se presenta el afecto de la edad del
vientre sobre la CC en diferentes momentos del año.
La CC es un indicador del nivel de reservas corporales
y su magnitud al parto y/ o inicio del servicio guarda
una fuerte relación con el desempeño reproductivo de
la hembra bovina y fertilidad del rodeo (S tahringer,
2003, Co rrea-Oro zc o y Uribe-Velásquez, 2010). La
edad de madre tuvo efecto significativo sobre la CC en
todos los momentos evaluados. La CC1, inicio del
servicio, es muy importante porque informa al sistema
endócrino sobre la situación energética de la hembra.
Las vacas más jóvenes (5-6 años) llegaron co n una
menor CC1 (P < 0.05) que los vientres de mayor edad,
indicando la necesidad de pres tar mayor atención a
estas edades, especialmente en años d ifíc iles . Es de
destacar la buena condición de los vientre de 11 a 16
años, mostrand o capacidad de mantener un excelente
Dinámica anual de peso y condición corpo ral en vacas Criollo Argentino
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Cuadro 4. Condición corporal (CC, escala 1 a 5) de vacas Criollas al ingreso (CC1) y salida (CC2) de servicio, al destete de las
crías (CC 3) y al ingreso a un serv ici o gsucesivo (CC4) en los años 2011 a 2015.
Al analizar y comparar la CC del rodeo entre los
diferentes momentos evaluados (CC1, CC2, CC3 y
CC4) se observa que la CC1, al inic io servicio,
representa el valor más bajo (2.77 ± 0.38) difiriendo (P
< 0.05) de CC2 y CC3. No difiere de la CC4 que
representa la CC del rodeo al momento de entrada a
servicio 1 año después, antes del recambio de
animales. Es decir que la CC se mantuvo entre un
servicio y otro. La CC d e los vientres se eleva durante
el servic io para llegar a un valor de 3.37 ± 0.17 (CC2) al
finalizar el entore. Es decir que durante los 90 días de
duración del servicio las hembras ganaron 0.60 punto s
de condición corporal, lo cual conc uerd a con la
ganancia de peso de 404 g/d registrada en ese
periodo. Durante el periodo desde fin de servicio hasta
destete (75 días) se observa un incremento moderado
de CC de 0.14 puntos. Su magnitud es consistente con
la GMP2 (0.078 kg/d) lograd a en este periodo. Pero lo
importante es que los vientres llegan a destete con una
CC3 media de 3.51 ± 0.09; la cual difiere (P < 0.05) d e
la CC2 (3.37 ± 0.17). Es decir, con un nivel de reservas
corporales adecuado para movilizarlas en función de
necesidades fu turas . La condición corporal promedio
al ingresar al siguiente servicio (CC4) fue 2.80 ± 0.34.
Es decir, que las vacas registraron una pérdida
promedio de 0.71 puntos desde CC3 a CC4, lo que es
coherente con la pérdida de peso de -0.163 ± 0.118
kg/d observada en ese periodo. Es así que lo s puntos
de c o nd ic ió n corporal ganados durante el periodo
servicio-destete (0.74) fueron fundamentales para
hacer frente a la etapa de forrajes diferidos,
especialmente en el último tercio de gestación y
primero mes de lactancia, donde se produce una
pérdida de 0.71 puntos. Holgado et al., 2020 a, para el
mismo rodeo, pero para los años 2013-2016,
registraron una pérdida de CC de 0.57 punto s desde el
destete (CC3) hasta el ingreso a servicio (CC4). Al
descomponer esta disminución de la CC en dos sub
períodos: Destete a Parto (165 días) y desde Parto a
inicio de servic io (35 días), encuentran que el 63 %
(0.36 puntos) ocurre en la etapa de 165 días y que el 37
% (0.21 punto s ) corres po nd en a la etapa postparto-
preservicio. Es decir, que en esta última se produciría
un balance energético mucho más intenso, a pesar que
el manejo del ro deo contempla la separación de la vaca
que va pariendo y su envío al mejor potrero
disponible. Generalmente uno reservado para este fin.
Esto coincide con lo señalado por Arana y Velásquez
(2012), cuando expresan que el periodo post parto es
una etapa crítica en el sistema d e cría, caracterizada
por una pérdida progresiva de CC. Esto debido al
incremento agudo del gasto energético en producir
leche. Además, el consumo restringido de materia s ec a
lleva a un balance energético marcadamente negativo.
Finalmente analizan diferentes alternativas de
suplementación de los vientres para compensar estas
situaciones. Las variaciones de CC en el tiempo
resultan consistentes con las ganancias de peso
logradas en c ad a periodo y reflejan la situación
nutricional en cada uno de ellos. La capacidad de
utilización de las reservas corporales durante períodos
de balance energético negativo es co ns id erad a como
una habilidad en vacas de cría (Arana y Uribe, 2012);
teniendo esta afirmación como límite la necesid ad de
llegar al inicio del servicio con una CC de 3 ± 0.5, ya
que el estado nutricional al inicio del servicio tiene
estrecha relación con la eficiencia reproductiva d el
rodeo. De acuerdo a estos resultados, lograr una CC
de 3.5 al ingreso al invierno resulta estratégica, porque
marca el nivel de reservas con las cuales el vientre
ingresará al invierno en condicio nes de enfrentar las
pérdidas de peso y CC que normalmente ocurren. Es
decir, con la cantidad de reservas necesarias para ser
movilizadas ya que el consumo de forraje diferido, de
baja calidad, no es suficiente para cubrir los
requerimientos de los vientres en último tercio
gestación, parto y comienzos de la lactancia.
Holgado et al.
estado corporal hasta edades muy avanzadas,
justificando la mayor longevidad observada en la raza.
Estas diferencias debidas a edad del vientre
persistieron después del entore, ya que las ganancias
de peso entre edades fueron similares.
Año Número de Inicio Servicio Fin Servicio Destete Inicio Siguiente
vacas CC1 CC2 CC3 Servicio CC4
2011 57 2.86
b
3.64
a
3.64
a
3.11
a
2012 50 3.08
a
3.40
b
3.54
b
2.69
b
2013 55 2.52
c
3.30
b
3.46
bc
2.30
c
2014 60 2.24
d
3.17
c
3.49
bc
3.14
a
2015 76 3.14
a
3.33
b
3.40
c
2.76
b
Media 2.77 3.37 3.51 2.80
DE 0.38 0.17 0.09 0.34
a, b, c
Diferentes letras en las columnas indican diferencia estadística (P < 0.05)
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La condición y el peso corporal variaron en función
de la edad de los vientres, presentando los animales
más jóvenes (5 y 6 años) los menores valores. Esto
indica la necesidad de prestar mayor atención a esta
faja etaria. Los pesos, ganancias de peso y condición
corporal fueron afectados por efecto del año. Se
aprecia un incremento de ambas variables desde inicio
del servicio (Diciembre) a destete (Mayo). Y, desde
Mayo a diciembre se registra una disminución del
peso y condic ió n del vientre. Esta d inám ic a representa
un patrón anual que guarda relación con la
disponibilidad y calidad de los recursos forrajeros,
reflejados en las ganancias de peso de los animales. La
condición corporal promedio al inicio del servicio en
hembras de raza Criollo Argentino fue de 2.77 puntos
y estuvo comprend id a dentro del puntaje objetivo (3 ±
0.5). Esto es clave para alcanzar alto s porcentajes de
preñez. En consecuencia, es muy importante que los
vientres, desde diciembre a mayo acumulen reservas
corporales en cant idad suficiente para hacer frent e a la
pérdida de condición corporal del último tercio de
gestación y, fundamentalmente, en el inic io de la
lactancia. En este sentido, resulta estratégico que la
CC3 (destete) alcance un valor de 3.5 puntos. De esta
manera, a pesar de la pérdid a de 0.71 puntos de CC en
invierno, las vacas logran llegar al servicio con
condición corporal dentro del puntaje objetivo, sin
comprometer la reproducción. Sin embargo, resulta
aconsejable que los sistemas pastoriles cuenten con
reservas forrajeras para hacer frente a situacio nes
nutricionales más desfavorables y permitan reforzar la
alimentación invernal cuando la CC3 no sea la
adecuada.
La CC1, al inicio del servicio, es muy importante ya
que brinda información al sistema neuroendocrino
sobre el estado nutricional de la hembra. En el cuadro
4 se observa que la CC1 varió en función del año, entre
un mínimo de 2.24 (2014) y un máximo de 3.14 (2015).
Sin embargo, l os porcentajes de preñez del rodeo no
difirieron en función de año, d and o un valor
promedio de 94.5 ± 2.7 % (Holgado y Ortega, 2019).
Holgado et al., 2019, al analizar la relación entre la CC
al parto y al inicio del servicio con el intervalo entre
partos (IEP) de los vientres Criollos encuentra que la
CC1 influy ó en el IEP de los años 2014 y 2015, s iend o
sus magnitudes 394.7 ± 24.3 y 350.2 ± 29.7 días
respectivamente. Concluyen que existe una correlación
negativa -0.39 entre la CC1 y el IEP, es decir que a
mejor CC menor IEP. Esto mismo es señalado por
Arias et al., 1998, quienes mencionan que una elevada
tasa de preñez requiere condiciones corporales iguales
o superiores a 4 (escala 1 a 9 punto s ) al inicio del
servicio. Para este mismo rodeo experimental,
Holgado et al., (2019) encontraron que la CC al inicio
del servicio pres ent aba una mayor c o rrelac ió n con el
intervalo entre partos (IEP) que la CC al parto. El IEP
se acortó en la medida que la CC aumento (IEP = 426.9
21.3 CC1), el IEP medio fue de 370.1 ± 23.5 días, para
los 5 periodos evaluados.
El periodo postparto en los planteos de c ría bovina
es una etapa crítica que se carac teriza por una pérdida
progresiva de condición corporal (Montiel y Ahuja,
2005). El incremento en el gasto energético de la
hembra debido a la producción de leche, unido a un
consumo de materia seca de baja calidad, genera un
balance negativo. Si al inicio del servicio las hembras
poseen pocas reservas corporales, el consumo de
forraje estará direccionado a suplir el gasto energético
según un orden de importancia. El uso de la energía
disponible para el animal tiene prioridades:
metabolismo basal, actividad, reservas energéticas,
preñez, lactación, reservas energéticas adicionales,
ciclo estral-celo-preñez (Short y Adams, 1988). El
patrón general del balance energético en un vientre es
negativo al inicio del parto, luego se acentúa y llega a
un punto mínimo en la primera o segunda semana
postparto-lactación. De aquí en adelante se genera un
incremento positivo y estable de balance hasta el
momento en que un nuevo ciclo reproductivo se inicie
(Beam y Butler, 1998; De Vries et al., 1999; Berry et al.,
2006).
Este patrón se repite anualmente, presentando los
vientres un nivel mínimo de reservas corporales al
inicio del serv ic io . Estas se incrementan hasta el
destete y, a partir de ese momento comienzan a
declinar. Lo que es muy im po rtante controlar su
intensidad, lo cual pued e ser crítico cuando la
disponibilidad de forraje pasa a ser el factor limitante.
En sistemas pastoriles, la producción anual de materia
seca es altamente dependiente de las lluvias. Y las
lluvias resultan muy variables entre años. Por lo tanto,
para garantizar la estabilidad del sistema de
producción es aconsejable contar con estrategias para
alcanzar el equilibrio. Una alternativa sería el manejo
de reservas forrajeras que compensen años problema.
Otra sería el manejo de la carga. Es importante
destacar que en los años evaluados en el presente
trabajo la disponib ilidad de forraje estuvo dentro de lo
previsible, no pres entand o situacio nes extremas o
rachas desfavorables. Faltas en la disponibilidad de
forraje habría ac entuad o la pérdida de peso desde
mayo a diciembre y, muy probablemente afectado este
equilibrio anual observado.
Conclusiones
Dinámica anual de peso y condición corpo ral en vacas Criollo Argentino
ISSN-L 1022-1301. Archivos Latinoamericanos de Pro d uc c ió n Animal. 2021. 29 (3-4): 119-127
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