ISSNL 1022 1301. Archivos Latinoamericanos de Producción Animal. 2024. 32:117-119
Gonzalez y Ferrari
118
Introducción
Presentamos una reflexión informada sobre la aparición
de bovinos para carne “zombis” (D’Eath et al., 2010),
como consecuencia de la fuerte presión de selección por
docilidad, y su posible impacto en el estado afectivo de
los animales en condiciones extensivas de producción,
desde la mirada de los 5 dominios del bienestar animal
(Mellor et al., 2016). La realizamos a partir del interesante
concepto de “Nirvana Bovino” (Bourdon, 1988). A pesar
de haberse publicado hace más de 30 años, este concepto
continúa vigente, ya que la cría de ganado vacuno para
carne aún enfrenta los desafíos de identificar y producir
genotipos óptimos para diferentes entornos productivos.
“Gracias” a la genética moderna los humanos adquirimos
la posibilidad de “jugar a ser Dios” con los animales que
hemos domesticado. En el caso del bovino para carne,
¿habremos alcanzado o estamos rumbo a alcanzar el
“Nirvana”? Esta palabra del sánscrito fue utilizada por
Bourdon (1988) para designar al estado logrado en la
ganadería cuando reúne determinados tipos biológicos de
animales en entornos adecuados, desde los puntos de
vista ecológico y económico, gestionados y apareados
para maximizar la eficiencia productiva a largo plazo. Lo
anterior nos remite al gran progreso genético que se ha
logrado en los últimos años en la docilidad de los bovinos
para carne y a preguntarnos si la misma contribuye al
Nirvana y al bienestar animal, este último no tenido en
cuenta a la hora de fijárselo como objetivo. Dado que la
plasticidad es un factor importante para el acoplamiento
de una población con su entorno, ¿hasta qué nivel la
presión de selección por mayor docilidad resulta
ventajosa?
La selección no balanceada
En el sector de ganados y carnes, la aparición de animales
con temperamento (respuesta comportamental al manejo
por los humanos; Burrow, 1997) muy excitable y difíciles
de manejar, como presunta secuela de la selección
genética a favor de rápido crecimiento y alto rendimiento
de carne magra, motivó a los productores a seleccionar
intensivamente por docilidad (Grandin y Deesing, 2022).
No obstante, la crianza selectiva a favor de este carácter
tal vez esté comprometiendo el bienestar animal, en los
términos de los 5 dominios propuestos por Mellor et al.
(2016). Estos autores plantearon la existencia de una
interacción entre 4 dominios físicos (nutrición, salud,
ambiente y comportamiento), y uno mental. Las
dimensiones escogidas para lograr el Nirvana dejan fuera
de consideración el dominio físico de comportamiento y
el mental, que son a su vez influenciados por los otros
tres. En ese sentido, D’Eath et al. (2010) propusieron
llamar “zombis” a los animales extremadamente dóciles
que no reaccionan a los humanos y otros estímulos,
producto de una intensa selección. Desde esta
perspectiva, una gran docilidad atentaría contra el
bienestar animal y podría afectar la maximización de la
eficiencia productiva, pues estos animales no
necesariamente presentan el mejor desempeño, y además
pueden tener otros comportamientos vulnerados, como el
de protección o de cuidado de la cría. Por otro lado, los
animales han evolucionado para ser proactivos, es decir,
para emprender acciones con objetivos, y no sólo como
respuesta a estímulos disparadores, p. ej., las conductas
apetitivas organizadas para mantener al ser en estados
afectivos positivos (Mendl et al., 2009). Habida cuenta de
la falta de reactividad y proactividad de estos “zombis”,
¿en qué estado afectivo se encuentran?
En vistas del “mejor” bovino productor de carne
Existen evidencias de que el desempeño productivo del
bovino para carne no resulta comprometido por el
temperamento moderado o intermedio (p. ej., animal
inquieto a nervioso; Cooke et al., 2009). Este podría
suponer una cualidad en términos de robustez (y, por
ende, aptitud biológica), definida como la capacidad del
animal para seguir haciendo las diversas cosas que
necesita hacer a fin de favorecer su capacidad futura de
reproducirse (o minimizar el riesgo de ser descartado o
morir), ante las limitaciones ambientales (Friggens et al.,
2017). Es posible que la selección por docilidad traccione
otros caracteres en la dirección opuesta a la evolución
biológica por selección natural (considerando que la
personalidad animal abarca varios rasgos correlacionados
que a menudo incluyen audacia, actividad y exploración;
Réale et al., 2007), lo cual debe tenerse en cuenta en
escenarios productivos donde las condiciones de vida son
“más naturales”, o sea, más similares al ambiente
ancestral de selección.
Entonces…
En la producción bovina de carne de tipo extensiva y/o
silvopastoril, zonas con presencia frecuente de
depredadores y ambientes agroecológicamente
restrictivos, puede que sea contraproducente contar con
ganado sumamente dócil. En estos contextos
productivos, ¿cuál es el estado afectivo de ese “zombi”?
Los autores del presente artículo conjeturan acerca de que
el temperamento intermedio (entre la extrema docilidad y
excitabilidad) podría contribuir a un mayor bienestar
animal, o constituir un mejor tipo biológico de ganado
desde el punto de vista ecológico y hasta económico (con
relación al concepto de Nirvana bovino planteado por