
333
Nutrición preparto y desempeño de la vaca y su descendencia
nacimiento, al destete o en la pubertad de la
descendencia (Cushman et al., 2014). Estos mismos
autores reportaron que las hijas de vacas no
restringidas parieron su primera cría en los primeros
21 días de comienzos de la temporada de parición. Una
investigación reciente indicó que la nutrición materna
durante la gestación puede inducir cambios
neuroendocrinos que influyan en el rendimiento
reproductivo de la descendencia (Cardoso et al., 2022).
La IGF1 (factor de crecimiento insulínico tipo I) y la
insulina son indicadores metabólicos que aumentan
con la mayor ingesta de alimento y/o la mejora del
estado nutricional y también se correlacionan con la
capacidad de un animal para lograr reproducirse (León
et al., 2004; Rhind et al., 2004; Sullivan et al., 2009; Ruiz
et al., 2011). La información documentada respecto al
efecto de cambios nutricionales aplicados a las madres
en gestación sobre concentración de IGF1 e insulina
durante la lactación de la descendencia es confusa,
aunque elevadas concentraciones de IGF1 prepuberal
fueron asociadas con precocidad puberal (Sullivan et
al., 2009; Ruiz et al., 2011; Cushman et al., 2014; López
Valiente et al., 2021a).
El estado nutricional de las vacas en gestación puede
condicionar el desarrollo productivo y reproductivo de
la descendencia y es más notable cuando se trata de
ganadería a cielo abierto (Larson et al., 2009; Funston et
al., 2010a). La subnutrición de vacas en planos
nutricionales diferentes no afectó negativamente el
peso vivo de sus nietos (Funston et al., 2010a), aunque
los efectos que la subnutrición energética provoca
sobre la descendencia no están completamente
aclarados y la información de los efectos de la
subnutrición sobre el desempeño productivo de la
descendencia de segunda generación es escasa. La
hipótesis de trabajo fue que niveles bajos de energía
consumidos (75 % de los requerimientos, en contraste
con plano nutricional de 125 % de los requerimientos)
en el último tercio de gestación por vacas de cría para
carne afectan negativamente el desempeño productivo
y reproductivo de las vacas y de la progenie. El
objetivo de este experimento fue estudiar la evolución
de las reservas energéticas, la producción de leche y la
reproducción posparto de las vacas, así como el
desempeño productivo y reproductivo de las hijas y las
características productivas de los nietos.
Materiales y Métodos
Ubicación y diseño experimental
Todos los procedimientos con animales utilizados en
este experimento fueron aprobados por la comisión de
experimentación animal de Uruguay (CHEA, 0009/11).
Los animales fueron manejados acorde a los protocolos
de buenas prácticas de manejo, con personal
capacitado y entrenado. El experimento fue realizado
en la unidad experimental “Palo a Pique” de INIA
Treinta y Tres (Uruguay, 33ºS, 56ºO). La selección de
las 31 vacas multíparas (Aberdeen Angus x Hereford),
gestando terneras y cursando su último tercio de
gestación utilizadas en este experimento, provenían de
un rodeo experimental de 200 vacas inseminadas a
tiempo fijo, con semen de toros seleccionados por bajo
peso al nacimiento. El diagnóstico de gestación y
determinación del sexo de las crías fue realizado el día
116 de gestación por identificación y posicionamiento
de genitales (DesCôteaux et al., 2010), y se determinó
fecha probable de parto, considerando un largo de
gestación estandarizado de 280 días (NRC, 2000). En el
día –90 (Día 0 = parto) las vacas fueron asignadas a dos
tratamientos contrastantes de energía hasta el parto:
alimentadas al 125 % de los requerimientos energéticos
de mantenimiento (NRC, 2000) (nivel ALTO; n = 15) y
alimentadas al 75 % de los requerimientos energéticos
de mantenimiento (nivel BAJO; n = 16). Las vacas y
tratamientos aplicados fueron los mismos utilizados
para analizar las variables en el último tercio de
gestación y reportadas previamente por nuestro grupo
de investigación (Batista et al., 2020). Luego del parto,
madres y terneras F1 permanecieron juntas hasta el
destete (168 días de edad promedio), en campo natural
mejorado (Lolium multiflorum, Axonopus afinis, Cinodon
dactylon, Paspalum notatum, Lotus subiflorus cultivar
Rincón), con oferta promedio de biomasa aérea a la
entrada al potrero de 3195 kg MS/ha, con altura de
pasturas promedio de 11 cm y 51 % de MS, con un
nivel de oferta de forraje de 11 kg de MS por cada 100
kg de peso vivo (PV), y promedio de EM (Mcal/kg MS)
= 2.28, según valores de tabla (Mieres, 2004). Desde el
año de edad y hasta la pubertad, las 31 terneras F1 del
experimento pastorearon sobre campo mejorado con
Lotus pedunculatus cultivar Grassland Maku (39 % del
disponible en base fresca), con un promedio de altura
del pastizal a la entrada al potrero de 24.2 cm, una
oferta promedio de biomasa aérea de 3804 kg MS/ha y
37.7 % de MS, con un nivel de oferta de forraje de 6 kg
de MS por cada 100 kg de PV, y un promedio de EM
(Mcal/kg MS) = 2.37, según valores de tabla (Mieres,
2004). A los dos años de edad las vaquillonas F1 fueron
inseminadas con dos toros seleccionados por bajo peso
al nacimiento y se manejaron con todo el rodeo sobre
campo natural (similares especies a las mencionadas),
con una oferta promedio a la entrada al pastoreo de
2300 kg MS/ha y 32 % MS, con un nivel de oferta de
forraje de 6 kg de MS por cada 100 kg de PV, y un
promedio de EM (Mcal/kg MS) = 2.04, según valores
de tabla (Mieres, 2004).
ISSNL 10221301. Archivos Latinoamericanos de Producción Animal. 2022. 30 (4): 331 346