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Estado actual del Banco de Germoplasma Animal en Colombia
tuvieran ejemplares de más d e media sangre Cebú
deberían mantener no menos del 25 % del total del
ganado existente en el criadero, en vacas y toros
criollos seleccionados, destinados a la producción de
criollo.
En 1935, el Ministerio de Agricultura emprendió un
ambicioso programa de conservación de las razas
bovinas Costeño con Cuernos (CCC) y Romosinuano
(ROMO) en la región del Valle del río Sinú en el
noroeste de la co st a Atlántica. En 1940, se incorporó la
raza Blanco Oreginegro (BON) en la región montañosa
del nordeste de Antioquia, especí ficam ente en la
estación pecuaria El Nus. Posteriormente, en la década
de los cincuenta, se conformó el primer núcleo de
ganado Sanmartinero (SAM) en la región del
piedemonte llanero, mientras que en el departamento
de Santander, particularmente por cuenta del fondo
ganadero de Santander, se promov ió la conservación
de la raza Chino santandereano (CHINO); igualmente,
para la raza Hartón del valle (HDV), que estuvo hasta
los años ochenta bajo el cuidado de la Secretaría de
Agricultura y Fomento del Valle del Cauca(Correal,
2010). Recientemente se logró incorporar estas dos
razas al programa de conservación, en 2013 ingresó
HDV y en 2016 se inició la conformación del núcleo de
CHINO.
Para el cas o de los cerdos criollos, en particular el
Zungo, la conformación del primer núcleo de
conservación se inició en la década de los años setenta
y se localizó en el Centro de Investigación (CI)
Turipaná. A mediados de los noventa, se estableció el
núcleo de conservación de la raza Sanpedreño en el CI
El Nus, mientras que para 2004, se conformó el banco
de germoplasma del cerdo criollo Casco de Mula en el
CI La Libertad, con animales procedentes del CI
Carimagua. Por otro lado, la conformación del núcleo
de conservación de la raza ovina Criolla colombiana se
inició en los años cuarenta y en 1985 se formó la raza
Mora colombiana. La mayoría de estos núcleos se
consolidaron en las colecciones de trabajo del Instituto
Colombiano de Investigación Agropecuaria (ICA)
hasta finales de 1993.
Finalmente, en 1994 con la creación de la Corporación
Colombiana de Investigación Agropecuaria
AGROSAVIA (antes Corpoica), entidad pública de
carácter científico y técnico, se estableció formalmente
lo que hoy se conoce como el BGAA, donde se
mantiene el BGA, el cual conserva los núcleos d e las
razas criollas colombianas. Esta estrategia de
conservación se complementa a finales de la década de
los nov enta con la estructuración de la colección in
vitro, donde se conservan semen y embriones de las
razas criollas colombianas.
Importancia del BGA en Colombia
El Banco de Germoplasma Animal en Colombia,
como todos los bancos de germoplasma, es un espacio
físico destinado al mantenimiento y la conservación de
colecciones biológicas colectadas en diferentes
ambientes, en los cuales s e asegura que los
especímenes sean debidamente catalogados bajo un
manejo d e curaduría especializado que garantice su
viabilidad, distribución y uso. El propósito principal
de constituir un banco de germoplasma es evitar la
pérdida progresiva de la diversid ad genética o, en
algunos casos, la extinción de las especies.
Una de las estrategias desarrolladas por muchos
países, entre ellos Co lo m bia, para salvaguardar las
poblaciones de animales locales ha sido la
conservación de recursos genéticos, la cual puede
realizarse en su hábitat de origen o donde o c urrió su
domesticación, co no cid a como conservación in situ o,
por el contrario, pueden mantenerse y conservarse
fuera de su hábitat, que se conoce como conservación
ex situ. Es importante resaltar que uno de los criterios
para determinar la preservación de una especie es el
número de individuos vivos con la mayor variabilidad
genética, lo cual permite considerar a la especie como
un recurso genético (Costa y Martins 2008; Machado et
al., 2016). Este criterio, así como las diferentes
estrategias de conserv ació n in situ y ex situ
implementadas en países como Bras il (Machado et al.,
2016), ha sido un modelo que le ha permitido a
Colombia generar sus estrategias de conservación de
núcleos de razas locales. Sin embargo, en comparación
con otros países el BGA requiere avanzar en el
desarrollo y la implementación de nuevas estrategias,
por ejemplo, procesos de conservac ió n de oocitos,
células somáticas, banco de ADN, entre otros
(Machado et al., 2016; Blackburn 2018).
El promover y desarrollar el BGA en Colombia ha
permitido conservar biotipos de animales que poseen
características únicas en términos de su amplia
capacidad d e adaptación climática, reproductiva,
nutricional y s anitaria, entre otros (Anzo la, 2004). En
particular, se ha reportado que estos recursos
zoogenéticos locales pueden habitar ambientes
retadores, d o nd e la base de la alimentación han sido
los forrajes de baja calidad nutritiva con altos
contenidos de fibra, manteniendo una alta fertilidad
(Ossa et al., 2013; Rocha et al., 2012). En ciertos casos, se
ha encontrado que algunas razas pueden tolerar mejor
la presencia de ciertas enferm ed ad es y parásitos
(Rocha et al., 2019; Martínez et al., 2012b). Desde esta
perspectiva, la conservación y posterior promoc ió n y
mejoramiento podría ser la respuesta a los desafío s
que enfrentará el país en años venideros en términos
ISSN-L 1022-1301. Archivos Latinoamericanos de Producción Animal. 2021. 29 (3-4): 151-162