Archivos Latinoamericanos de Producción Animal. 2021. 29 (3-4)
Estado ac tual del Banc o de Germoplasma Animal en Colombia: organización y manejo
Recibido: 2020-07-29. Aceptado: 2021-02-25
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Autor de correspondencia: hjimenez@agrosavia.co
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AGROSAVIA, CI La Libertad, Km 17 vía Puerto López, Meta, Colombia
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Eliana Neira -Rivera
Diego H. Bejarano
Hugo R. Jiménez
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José H. Velázquez
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Current status of th e Animal Germplasm Bank in Colombia: organization and management
Abstract. During the last two decades, Colombia has made enormous progress in conserving some of the most
relevant zoogenetic resources vital for agricultural production and the food industry. The primary purpose of
conserving these local ani mal genetic resources has been the recovery of these animal breeds (cattle, pigs, and
sheep) that presented a high risk of disappearance and therefore establish pure animal collections that allo w the
researchers to develop conservation programs. Nowadays, these collections are funded by the Colombian
government and properly cons erv ed in research centres in Corporación Colombiana de Investigación Agropec uaria
AGROSAVIA under in vivo and in vitro conservation systems. The main objective of conserving the lo c al herds has
been to maintain the genetic variability of the creole breeds and also generate strategies to strengthen the
conservation, characterization and their promotion and use, always considering initiatives that lead to the increase
of animal productivity and bearing in mind the threats that creole breeds are facing, such as the intensification o f the
agricultural production systems, the effects of climate change, and the high maintenance costs incurred by the
Animal Germplasm Bank in Colombia. The success of the co ns erv atio n of animal genetic resources in Colombia will
depend to a great extent on the appropriat io n and acceptance of Colombian farmers for the insertion of these creole
breeds in their agricultural production systems. On the other hand, the Animal Germplasm Bank should inco rpo rate
in a short period time other species or breeds currently at a high risk of disappearing and important for the
agricultural system.
Key words: Genetic resources, conservation, creole breeds, crioconservation, genetic variability.
Resumen. En las últimas dos décadas, C o lo m bia ha realizado grandes avances en la conservación de algunos de sus
recursos zoogenéticos locales importantes para la pro duc c n agropecuaria y la alimentación. El propósito inicial de
conservar estos recursos zoogenéticos locales fue recuperar razas de animales, principalmente bovinos, porcinos y
ovinos que estaban a punto de desaparecer, y establecer así núcleos puros que permitieran desarrollar programas
para su cons erv ac n. Actualmente, gracias al apo yo del gob ierno colombiano, estos animales se mantienen en
centros de investigación de la Corporación Colombiana de Investigaciones Agropecuaria (AGROSAVIA) en
sistemas de c o ns erv ac n in vivo e in vitro. Desde su inicio, la estrategia de conservar estos núcleos ha sido mantener
la v ariabilid ad genética de las razas criollas y generar estrategias para fortalecer su conservación, caracterización,
promoción y uso, sin dejar a un lado iniciativas que permitan incrementar la productividad animal y enfrentar los
desafíos como la intensificación de los sistemas productivos, los efectos del cambio climático y los altos costos de
mantenimiento en los que incurre el Banco de Germoplasma Animal en Colombia. El éxito de la conservación de los
recursos zoogenético s en Colombia dependerá en gran medida de la apropiación y aceptación de los productores
colombianos para la inserción de estas razas en los sistemas de producción agropecuaria. Por otro lado, se requiere
que el Banco de Germoplasma Animal incorpore o tras especies o razas que se encuentran igualmente en peligro d e
desaparecer y que no cuentan con la protecció n del gobierno local.
Palabras clave: Recursos zoogenéticos, conserv ació n, razas criollas, crioconservación, variabilidad genética.
Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - AGROSAVIA, CI Tibaitatá, Km 14 vía Mosquera, Cundinamarca, Colombia
Luisa A. Rugeles
Carolina González-A lm ario
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González et al.
Introducción
La conservación de los recursos zoogenéticos, tanto
los domesticados como los silvestres, es
particularmente de interés económico y cultural para
la hum anid ad (Rodero y Molina. 2007). Lo anterior es
de vital impo rtanc ia para salvaguardar el patrimonio
genético constituido durante muchos años y adaptado
a los diversos ecosistemas; desde el punto de vis ta de
su uso sostenible, para generar impacto en las
poblaciones que los aprovechan, en particular porque
es indispensable para el bienestar humano y d es arro llo
del país (Mujica, 2009).
Los recursos zoogenéticos locales, entendido s como
la variabilidad de genes pres entes en los animales,
poseen un uso actual o potencial, y son la materia
prima que los agricultores y mejoradores utilizan para
incrementar la productividad o mejorar la adaptación
de las razas. Sin embargo, es importante resaltar que el
recurso genético est á comprendido por la variabilidad
genética presente en grupos de individuos vivos y
diferentes entre sí, llamado germoplasma, donde cada
unidad de germoplasma está formada por el material
genético de organismos vivos (Costa y Martins 2008;
Machado et al., 2016).
En Colombia, a nivel del sector agropecuario se ha
dado mayor importancia a la conservación y al uso de
los recursos zoogenéticos locales, los cuales están
representados por las razas criollas que se originaron a
partir de los ganados que ingresaron durante la época
de la conquista española. Actualmente estas razas
criollas han sido amenazadas por los procesos de
intensificación de los sistemas productivos asociados
al reemplazo sistemático de animales adapt ado s a las
condiciones de su entorno por razas comerciales, que
tienen una menor capacidad de tolerancia y resiliencia
frente a las c o ndic io nes medioambientales fluctuantes
del trópico (Rischkowsky et al., 2010; Godfray y
Garnett, 2014), lo cual representa un riesgo para la
seguridad alimentaria del país.
Para salir de esta crisis, C olo m bia decidió adoptar
las recomendaciones del Plan de Acc n Mundial
sobre los Recursos Genéticos y la Declaración de
Interlaken (FAO, 2007), en el cual se acordaron
objetivos y estrategias que priorizaron aspectos de
conservación, caracterización de recursos genéticos ,
seguimiento de riesgos, fortalecimiento institucional y
de capacidades para conservación, así como el
desarrollo de políticas nacionales para proteger y
valorar la riqueza genética de Colombia.
Como resultad o de los compromisos adquiridos,
Colombia ha logrado avanzar en la consolidació n del
sistema nac io nal de Bancos de Germoplasma para la
Alimentación y la Agricultura (BGAA). Los BGAA
están conformados po r el banco de germoplasma
vegetal (BGV), el banco de germoplasma de
microorganismos (BGM) y el banco de germoplasma
Animal (BGA), que se encuentran distribuidos a lo
largo del país en diferentes centros de investigación
(CI) de AGROSAVIA.
Para el caso del B GA , actualmente se utilizan
métodos de conservación in vivo e in vitro que han
permitido la preservación de 6 razas crio llas bovinas, 3
razas criollas de porcinos y 2 razas criollas ovinas
(Figura 1). El BGA representa un avance importante en
la conservación del germoplasma de las razas criollas
colombianas, que ha permitido implementar una serie
de procesos y estrategias encaminadas a garantizar su
mantenimiento, evitar la pérdida d e variabilidad
genética, reducir el riesgo de extinción y avanzar en su
caracterización y promoción de uso. El propósito de
esta revisión es presentar información relacion ada con
el estado actual, la organización y el manejo de las
razas criollas locales conservadas en el B GA .
Historia y desarrollo de los bancos de germoplasma
animal en Colombia.
Debido a la ubicación geográfica de Colom bia y a
sus condiciones topográficas y ambientales, los
ganados (bovinos, porcinos, ovinos, entre otros)
introducidos por los conquistadores españoles en el
siglo XV, provenientes del sur de la Península Ibérica
y el norte de África, se establecieron en diferentes
territorios y formaron las actuales razas criollas
colombianas (Pinzón 1984; Correal, 2010). A lo largo
de los siguientes cinco siglos, estos recursos
zoogenéticos locales contribuyeron significativamente
a la alimentación y al desarrollo eco m ic o de
Colombia. Sin embargo, a pr incipi os del siglo XX, las
razas criollas locales se enfrentaron a los procesos de
intensificación productiva, industrialización,
introducción de otras razas y factores sanitarios, que
desencadenaron procesos acelerados y continuos de
erosión genética que afectaron a las poblaciones de
razas criollas.
Como estrategia para mitigar la creciente amenaza
de pérdida de los recursos genéticos animales, el
gobierno colombiano, en cabeza del Ministerio de
Agricultura inició, desde los años treinta, procesos de
custodia y protección de las razas criollas.
Adicionalmente, promulgó el decreto número 1828 de
1939, en el cual se estableció que los ganaderos que
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Estado actual del Banco de Germoplasma Animal en Colombia
tuvieran ejemplares de más d e media sangre Cebú
deberían mantener no menos del 25 % del total del
ganado existente en el criadero, en vacas y toros
criollos seleccionados, destinados a la producción de
criollo.
En 1935, el Ministerio de Agricultura emprendió un
ambicioso programa de conservación de las razas
bovinas Costeño con Cuernos (CCC) y Romosinuano
(ROMO) en la región del Valle del río Sinú en el
noroeste de la co st a Atlántica. En 1940, se incorporó la
raza Blanco Oreginegro (BON) en la región montañosa
del nordeste de Antioquia, especí ficam ente en la
estación pecuaria El Nus. Posteriormente, en la década
de los cincuenta, se conformó el primer núcleo de
ganado Sanmartinero (SAM) en la región del
piedemonte llanero, mientras que en el departamento
de Santander, particularmente por cuenta del fondo
ganadero de Santander, se promov la conservación
de la raza Chino santandereano (CHINO); igualmente,
para la raza Hartón del valle (HDV), que estuvo hasta
los años ochenta bajo el cuidado de la Secretaría de
Agricultura y Fomento del Valle del Cauca(Correal,
2010). Recientemente se logró incorporar estas dos
razas al programa de conservación, en 2013 ingresó
HDV y en 2016 se inició la conformación del núcleo de
CHINO.
Para el cas o de los cerdos criollos, en particular el
Zungo, la conformación del primer núcleo de
conservación se inició en la década de los años setenta
y se localizó en el Centro de Investigación (CI)
Turipaná. A mediados de los noventa, se estableció el
núcleo de conservación de la raza Sanpedreño en el CI
El Nus, mientras que para 2004, se conformó el banco
de germoplasma del cerdo criollo Casco de Mula en el
CI La Libertad, con animales procedentes del CI
Carimagua. Por otro lado, la conformación del núcleo
de conservación de la raza ovina Criolla colombiana se
inició en los años cuarenta y en 1985 se formó la raza
Mora colombiana. La mayoría de estos núcleos se
consolidaron en las colecciones de trabajo del Instituto
Colombiano de Investigación Agropecuaria (ICA)
hasta finales de 1993.
Finalmente, en 1994 con la creación de la Corporación
Colombiana de Investigación Agropecuaria
AGROSAVIA (antes Corpoica), entidad pública de
carácter científico y técnico, se estableció formalmente
lo que hoy se conoce como el BGAA, donde se
mantiene el BGA, el cual conserva los núcleos d e las
razas criollas colombianas. Esta estrategia de
conservación se complementa a finales de la década de
los nov enta con la estructuración de la colección in
vitro, donde se conservan semen y embriones de las
razas criollas colombianas.
Importancia del BGA en Colombia
El Banco de Germoplasma Animal en Colombia,
como todos los bancos de germoplasma, es un espacio
físico destinado al mantenimiento y la conservación de
colecciones biológicas colectadas en diferentes
ambientes, en los cuales s e asegura que los
especímenes sean debidamente catalogados bajo un
manejo d e curaduría especializado que garantice su
viabilidad, distribución y uso. El propósito principal
de constituir un banco de germoplasma es evitar la
pérdida progresiva de la diversid ad genética o, en
algunos casos, la extinción de las especies.
Una de las estrategias desarrolladas por muchos
países, entre ellos Co lo m bia, para salvaguardar las
poblaciones de animales locales ha sido la
conservación de recursos genéticos, la cual puede
realizarse en su hábitat de origen o donde o c urrió su
domesticación, co no cid a como conservación in situ o,
por el contrario, pueden mantenerse y conservarse
fuera de su hábitat, que se conoce como conservación
ex situ. Es importante resaltar que uno de los criterios
para determinar la preservación de una especie es el
número de individuos vivos con la mayor variabilidad
genética, lo cual permite considerar a la especie como
un recurso genético (Costa y Martins 2008; Machado et
al., 2016). Este criterio, así como las diferentes
estrategias de conserv ació n in situ y ex situ
implementadas en países como Bras il (Machado et al.,
2016), ha sido un modelo que le ha permitido a
Colombia generar sus estrategias de conservación de
núcleos de razas locales. Sin embargo, en comparación
con otros países el BGA requiere avanzar en el
desarrollo y la implementación de nuevas estrategias,
por ejemplo, procesos de conservac n de oocitos,
células somáticas, banco de ADN, entre otros
(Machado et al., 2016; Blackburn 2018).
El promover y desarrollar el BGA en Colombia ha
permitido conservar biotipos de animales que poseen
características únicas en términos de su amplia
capacidad d e adaptación climática, reproductiva,
nutricional y s anitaria, entre otros (Anzo la, 2004). En
particular, se ha reportado que estos recursos
zoogenéticos locales pueden habitar ambientes
retadores, d o nd e la base de la alimentación han sido
los forrajes de baja calidad nutritiva con altos
contenidos de fibra, manteniendo una alta fertilidad
(Ossa et al., 2013; Rocha et al., 2012). En ciertos casos, se
ha encontrado que algunas razas pueden tolerar mejor
la presencia de ciertas enferm ed ad es y parásitos
(Rocha et al., 2019; Martínez et al., 2012b). Desde esta
perspectiva, la conservación y posterior promoc n y
mejoramiento podría ser la respuesta a los desafío s
que enfrentará el país en años venideros en términos
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mejoramiento podría ser la respuesta a los desafíos
que enfrentará el país en año s venideros en términos
de seguridad alimentaria.
Estrategias de conservación para mantener la
variabilidad genética del BGA en Colombia
La estrategia de conservación de los recursos
zoogenéticos locales en el BGA es bajo condiciones ex
situ, principalmente mediante métodos de
conservación in vivo e in vitro (Figura 1). En el caso
particular de la conservación in vivo, las poblac io nes de
animales de las diferentes razas se crían activamente
dentro de centros de investigación, los cuales están
localizados en las regiones donde se form aron las razas
criollas; esto permite la conservación de la diversidad
genética y al mismo tiempo ofrece la o po rtunid ad de
desarrollar programas de fomento y mejoramiento
genético. Por otro lado, la conservación in vitro, es una
estrategia que complem enta a la conserv ac n in vivo,
en la cual se llevan a cabo procesos de conservación a
largo plazo de semen y embriones, lo que permite
mantener una copia de seguridad d el recurso genético
conservado in vivo.
Figura 1. Estrategias de conservación del BGA. Fuente: Agrosavia, 2019.
Conservación in vivo en el BGA
La estrategia de protección y conservació n de las
razas criollas implementada a inicios del siglo XX
permitió el rescate de los escasos núcleos de animales
que permanecieron en manos de unos po co s
productores. Esta estrategia se consolidó con la
estructuración de núcleos bajo condicio nes in vivo en el
BGA, donde actualmente se conservan seis razas
bovinas (ROMO, CCC, BON, CHINO, SAM y HDV)
(Cuadro 1), tres razas porcinas (Zungo, Sanpedreño y
Casco de Mula) (Cuadro 2) y dos razas ov inas (Mora y
Criolla) (Cuadro 3), las cuales s e encuentran
localizadas en cinco centros de investigación de
AGROSAVIA ubicados en diferentes regiones del país
(Figura 2).
Los núcleos de las razas bovinas ROMO y CCC del
BGA, ubicados en la región norte (Caribe húmedo) en
el CI Turipaná, municipio de Cereté, Córdoba (Figura
2), cuentan cada uno de ellos con 8 familias manejadas
en un área de 313 ha. De acuerdo con el inventario
actual, la raza ROMO mantiene una población de 457
animales, mientras que la raza CCC tiene 488 animales
distribuidos en los diferentes grupos etario s (Cuadro
1).. Las razas BON y CHINO se mantienen y conservan
González et al.
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